martes, 1 de mayo de 2012

Exposición "La Vanguardia aplicada (1890-1950)", Fundación Juan March, 30 marzo al 1 julio 2012

Una exposición imprescindible.
Antes de que en el siglo XVIII advinieran las estéticas modernas y, con ellas, la autonomía de las bellas artes, puede decirse que todo arte fue, originariamente, “diseño”, es decir, arte “aplicada” a una función. Las artes, en efecto, han sido históricamente “artes aplicadas” a las más diversas funciones religiosas, políticas y sociales, desde el culto y la celebración, la representación del poder, la religión o la riqueza hasta la decoración y el descanso. Más adelante, algunos movimientos nacidos entre finales del XIX y principios del XX como la Secession vienesa o el movimiento “Arts and crafts” y, sobre todo, las vanguardias históricas —desde el futurismo y la Bauhaus al neoplasticismo, pasando por el constructivismo—, supusieron no solo una acentuación de la moderna autonomía del arte, sino también un intento generalizado y radical de volver a llevar el arte a todas las esferas de la vida, ésta vez no tanto para representarla u ornamentarla como más bien para transformarla y configurarla desde el ideal de lo nuevo. La Vanguardia quiso devolver el arte y su poder transformador al ámbito político y social, al mundo doméstico y al de la decoración y también a los textos del libro, la revista y el cartel, vehículos para la difusión de las ideas, de los que nunca había salido del todo, pero del que las estéticas y poéticas del arte puro, el esteticismo y el ideal de l’art pour l’art le habían alejado.

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